Conocida
también como Gwen, dama noble y virtuosa, de belleza sin
igual. ¿Soñaría de niña con ser princesa,
como muchas lo hemos soñado alguna vez? Cuentos de hadas
con finales trágicos.
Su matrimonio de conveniencia con el rey Arthur la convirtió en
reina de Camelot. El propio rey mandó a su más leal caballero,
Lancelot, que fuera recogerla y acompañarla al castillo. Durante
ese viaje el amor se hace presente, aunque saben que lo que sienten, es
imposible, no pueden negar sus sentimientos, y el mutuo amor que se
procesan será su mayor condena. Saber que la persona a la que amas duerme
cada noche con otra persona, puede ser la mayor de la torturas.
Su enemistad con la hermana de Arthur, Morgana, será el
detonante para que ella sea condenada a muerte por adulterio y
Lancelot expulsado de Camelot. Pero Lancelot no puede permitir la
muerte de su amada e intentará salvarla, causando una guerra en
la que muere el rey Arthur y todos sus caballeros de la mesa
redonda. Dichos acontecimientos llevarían a Gwen a
recluirse en un convento y Lancelot a abandonar la vida de caballero y
convertirse en ermitaño. Nunca más volverían a verse y sus
destinos quedarían truncados para siempre.
Cuando Guinevere murió, Lancelot tuvo un sueño en el que le
construía un féretro y la recogía para enterrarla y así lo hizo.
Guinevere fue de tantas mujeres qué solo por ser mujer, nunca
pudo ser ella misma. Por desgracia, muchos años después, este drama lo
siguen viviendo muchas mujeres.
Gwen (Sombra blanca)
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