lunes, 20 de mayo de 2013

Reencuentro


Ulyses deseaba volver con su amada, con Penélope... Este mundo está lleno de Ulyses y Penélopes, seres que se esperan, que se buscan y muchas veces se acaban olvidando de porque esperan, de a quien buscan y de si mismos.

Pero hay algunos Ulyses y algunas Penélopes que una vez se pincharon con la espina de una de las rosas que les tocaron en la vida, se pincharon y sangraron, sus almas se doblaron y sus ojos lloraron, porque  la espina clavó profundamente. Nada hay más triste que la espina que te hace perder al ser más deseado y amado por Penélope y por Ulyses. ¿Dónde está mi rosa?

El dolor es profundo, tanto que hace temblar la decisión de Ulyses por volver a Penélope, cualquier tormenta hace que el barco se desvíe, cualquier aventura es tentadora, aunque sea imaginaria para no llegar a puerto.

Penélope ya no espera, Penélope se cansa, Penélope se pregunta, por qué su rosa se convirtió en espina.

Sin embargo, a veces las cosas cambian. Unos le llaman destino, otros intervención divina, otros le llaman simplemente suerte, pero por un motivo, que no sabremos nunca, la mirada de Penélope vuelve a Ulyses y su voz le llama, y Ulyses al oírlo no puede más que sentir de nuevo el amor profundo que siempre ha sentido por Penélope, pero que una espina dejó dormido. Penélope al verle correr hacia ella no puede más que volver a sentir lo que un día quedó dormido. Y ambos al mirarse, recuerdan la rosa que se convirtió en espina, pero ahora la espina no duele, no se clava. Al mirarla fijamente la espina se esta convirtiendo en rosa.

Una bella rosa empieza a florecer, florece y crece solo bajo el amor de Penélope, amor que ya no esta dormido. Su despertar ha hecho renacer la espina y su voz ha hecho volver a Ulyses, solo el puede hacer que la flor crezca en los brazos de Penélope.

A veces la vida te golpea tan fuerte que parece que el barco que ansían Penélope y Ulyses vaya a hundirse. Sin embargo, al no hundirse renace más fuerte y puede navegar con vigor hacia un nuevo puerto, un puerto donde aquello que una vez se perdió, que una vez se esfumó con dolor, puede volver, puede esperarles y decir:

"Mama, he vuelto".

Aliena y Willy

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